12 Oct 2016 - Tecnología
Es mas o menos conocido que la robótica y la inteligencia artificial pueden reemplazar trabajos repetitivos como en las líneas de ensamblaje. No obstante, es mucho menos conocido que incluso trabajos y profesiones más complejas también pueden ser desplazadas total o parcialmente. Los avances en la tecnología están haciendo posible cosas que hasta hace algunos años pertenecían solo a la ciencia ficción.
¿Ha oído usted hablar del “roboperiodismo”? Probablemente no, y la verdad es que la mayoría de personas tampoco ya que es un término bastante reciente. De hecho, este empezó a ser más conocido desde el 2014, año en el cual Los Ángeles Times utilizó Quakebot para escribir una noticia sobre un temblor. Este sistema, desarrollado por un periodista y programador que trabajaba para el periódico, procesa la información que proporciona el servicio geológico estadounidense y la convierte en una nota que puede ser publicada en el periódico en tan solo unos pocos minutos.
El robot-periodismo utiliza herramientas como la inteligencia artificial y la minería de datos para producir textos. Y si bien todavía tiene camino por avanzar, actualmente ya es utilizado por Los Ángeles Times, Associated Press y Forbes, lo que no es algo menor. Algunos de hecho pronostican que durante la década del 2020 se llegará al punto en el cual la mayoría de las noticias que leemos van a ser producidas por máquinas y no por periodistas humanos.
Otro ejemplo está en el derecho. A medida que la tecnología avance, los abogados vamos a empezar a ser desplazados, por lo menos parcialmente, en algunas funciones. Hace unas semanas fue noticia que en Estados Unidos la firma BakerHostetler contrató los servicios de ROSS, un “abogado de inteligencia artificial” que puede responder a preguntas realizadas en lenguaje natural, como se haría normalmente con un abogado, pero en este caso la respuesta estaría en pocos minutos y con base en una revisión de toda la normatividad y jurisprudencia.
Es claro que tal y como ha ocurrido antes en la historia, algunas profesiones y oficios van a desaparecer y otras deberán adaptar su actual labor (¿qué están haciendo las universidades para preparar a sus alumnos ante esto?). No obstante, como ya ha sucedido también en el pasado, surgirán nuevas profesiones que implican conocimientos más complejos, por ejemplo ingeniería biomédica o de software.
¿Es la tecnología una amenaza? Depende. Como planteé en la pasada columna, la tecnología ofrece grandes posibilidades de mejora para la sociedad. No obstante, se requieren unas condiciones para que esta se puede aprovechar positivamente y no sea simplemente una amenaza con la cual se empeoren las ya deplorables condiciones sociales del país. Para eso necesitamos invertir en ciencia y tecnología. Infortunadamente, el gobierno nacional insiste en desfinanciar la educación pública y en afectar el ya bajo presupuesto para investigación. Si no reaccionamos nos van a seguir hundiendo en el atraso mientras otros países sí avanzan sobre los hombros de sus avances tecnológicos, avances que para nosotros significarán pérdidas de empleo y más desigualdad y dependencia.
Enlace: Opanoticias
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